Le he preguntado a mi sombra
a ver como ando para reнrme,
mientras el llanto, con voz de templo,
rompe en la sala
regando el tiempo.
Mi sombra dice que reнrse
es ver los llantos como mi llanto,
y me he callado, desesperado
y escucho entonces:
la tierra llora.
La era estб pariendo un corazуn,
no puede mбs, se muere de dolor
y hay que acudir corriendo
pues se cae el porvenir.
En cualquier selva del mundo,
en cualquier calle.
Debo dejar la casa y el sillуn,
la madre vive hasta que muere el sol,
y hay que quemar el cielo si es preciso
por vivir.
Por cualquier hombre del mundo,
por cualquier casa.